Megalomanía

01.03.2024

Sueles seguir tu rutina; vas, vienes, hablas, respiras, luchas. Y de pronto, sin avisar, nace el impulso más fuerte, la energía más poderosa. ¿Qué puede ser más seductor que sentir que sólo tú tienes el poder absoluto? ¿Cómo no va a atraerte tener el control no solo tuyo sino de tu alrededor? Entonces te levantas y sabes que es tu momento. De lujo.


Sales a bailar y todas las miradas se centran en ti. ¡Cómo no! Llevas el ritmo incorporado, pero lo sumo es que ese ritmo, tu ritmo único, es capaz de recorrer la sala y reavivar a todo aquel que esté en su camino. Todos tus movimientos se transforman en una energía extraordinaria que pasa de unos a otros consiguiendo así una armonía absoluta. Genial.


Los estímulos emergen. Se originan sin parar. Son tan fascinantes que es imposible no dejarse llevar. Y te dejas, te embriagas de todo ello porque te reclama desmesuradamente. Es inevitable abandonar tu naturalidad, esta sensación es inmensamente especial y cualquiera que intente destruir tu creencia, esa que vives como única válida, queda al margen de este instante. Trance.


Ignoras que en realidad estás entrando en un camino peligroso. Si sigue la tendencia el resultado puede ser nefasto. Pero una vez que todo fluye y llegas al clímax, no hay nadie que pueda pararte. Los colores son más vivos que nunca, la música te habla directamente a ti porque te sientes el centro del universo, desprendes dinamismo puro. La euforia te invade súbitamente y empiezas a tomar riesgos que antes eran innombrables. Cuidado.


Ya no sigues tu rutina; vas,vuelves, te quedas, te vuelves a ir, hablas, hablas y no paras de hablar. Y de pronto, sin avisar, te asaltan miles de ideas al unísono. ¿Qué puede ser menos atractivo que perder la percepción de la realidad? ¿Cómo no vas a perder la cabeza cuando llevas tanto sin dormir? Entonces te encuentras desvelada y energética, no sabes lo que te espera. Caos.


El huracán llega,te pega,te desorienta,te fulmina y se va. Dejas de pensar. Pierdes la noción del tiempo y mientras, recuperas las dosis que habías conseguido eliminar peleando cada día. Es todo tan irreal. No sabes si vienes o si vas. Desubicación.


Llega la calma,la tranquilidad, ¿Demasiada quietud? Estás agotada y sin quererlo decaes. Es la etapa posterior,ya lo sabes. La desazón se incrusta hasta que,en un momento determinado, alzas la vista y tu mirada al mundo cambia,evoluciona. Y sigues tu rutina; vas,vienes,hablas, respiras,luchas. Lucha,con fuerza, y vuelve a luchar. Este es tu camino, sólo tuyo, recórrelo con seguridad. Cambio de ciclo.


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